El mundo moderno está lleno de hombres que sostienen dogmas con tanta firmeza, que ni siquiera se dan cuenta de que son dogmas. (G.K.CH)

EL VALOR DE LAS ELECCIONES

Pasamos por alto un detalle espeluznante. Todos los días tomamos una o varias elecciones. Si bien la mayoría con tomadas de manera apurada o inconsciente, no necesariamente quiere decir que no sean trascendentes. Si uno vuelve a su casa, si va al trabajo, si se dedica a tal o cual actividad, si hoy habla con mengano o zultano, son opciones que marcan nuestro presente, pero que proyectan un futuro. El hombre casado que vuelve a su casa ratifica su matrimonio, sin que lo sepa, o lo asuma. El que se dirige a su trabajo, a pesar de no saberlo, está revalidando su labor.
Trasladamos las decisiones a cuestiones frívolas, como un gusto de yogur o la marca de Televisor, sin darnos cuenta, que estas "opciones" son totalmente ajenas a nuestro futuro.
Las verdaderas opciones, las llevamos al plano de la normalidad, y de ahí para siempre sin reevaluar, sin entender que son trascendentales.
Hoy me paré en una góndola del supermercados, y a pesar de mis pesares, sentí una gran satisfacción cuando elegí entre dos marcas distintas de galletas de salvado, olvidando por un rato, las cuestiones pendientes, y el negro, trémulo, e inhóspito futuro.

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