El mundo moderno está lleno de hombres que sostienen dogmas con tanta firmeza, que ni siquiera se dan cuenta de que son dogmas. (G.K.CH)

HOY ES HOY, AYER FUE HOY AYER

Hoy me di cuenta del sentido de la frase de Calamaro en su tema de los Divinos. O al menos le encontré un sentido personal (que es lo más seguro), ya que la lírica cannabiesca no necesariamente reviste de verdad absoluta.
Ocurre que a veces le damos más valor a una idea ajena que a lo que nosotros nos formamos de ella misma.
Pero el caso es, sin rodeos, el tiempo, precioso, que perdemos en elucubrar el futuro, o zaherirnos de los errores pasados, dejando morir el presente.
Verdad simple y machacada, la de vivir el momento presente, el carpe diem, etc, que debemos recordar a cada paso.
El justo equilibrio se hace difícil, sobre todo cuando también la sociedad nos impone vivir un presente chato y consumista, y pensamos en viajar hacia algún recóndito lugar en el tiempo.
Yo conocí a una rata fabuladora, que vivía de su pasado glorioso, de su alcurnia, y envenenaba el alrededor con sus historias ponzoñosas. Vivía anquilosada en el pasado, e imaginaba un futuro irreal para sus cercanos. Pero su espíritu se apaga, se muere día a día. Imposibilitada de vivir el presente, la rata vieja en cuestión, no vive el presente. Porque el presente no le gusta, ya que es tarde y difícil para enfrentar la realidad.
Hoy me acordé del sujeto y sentí pánico de volverme así. Por eso salí a vivir el día, y a caminar bajo el reparo de los árboles. Ellos sí saben vivir el día.

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