El mundo moderno está lleno de hombres que sostienen dogmas con tanta firmeza, que ni siquiera se dan cuenta de que son dogmas. (G.K.CH)

Temor

Vencer el temor, imposible; evitar su mirada. La causa de mis angustias, y el motivo de mis nauseas. Resulta que si bien caminar no cuesta, avanzar resulta todo un proceso. La retracción del pasado, y el presente nebuloso, confluyen en un inenarrable futuro, más negro que la oscuridad, más sordo que el vacío. Si bien las estrellas nos consuelan, siguen siendo lejanas y frías, en el abismo interno, oculto por el temor, yacen las verdaderas razones del actuar diario, parece que caminamos, pero no avanzamos. Paradoja, obvia y tonta del que teme. No por el temor en sí, sino por la falta de sustento, no saber si bajo los pies hay tierra firme, pantano o mar. Qué, cómo o cuándo, son preguntas ajenas, tan ilusorias y fantasmales que es trágico responderlas, Para Qué Qué? o con quién, si inevitablemente la rueda gira, y volvemos siempre a pasar por el mismo lugar. Cómo seguir si las heridas no sanan, si sangran al roce, y duelen a los abrazos. Cómo sanar las heridas si no quiero que cierren. Cómo olvidar, si temo no recordar, y volver a padecer lo mismo. Porque olvidar, es más difícil que perdonar, y no sufrir, inevitablemente, es imposible.

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