Hoy sin querer me comí a mi perro, Parky. Esta confesión nacida de mi mayor dolor, no tiene ninguna justificación más que la distracción.
Seguramente, él, jugaba como siempre, entre los patos y las gallinas, y sin querer lo tomé del corral. Es mi maldita distracción, siempre pensando en el trabajo, los problemas y en la comida. Tenía hambre, es cierto, y por eso decidido me encaminé al fondo de la casa, en donde criamos los animales, y donde mi amada, busca los huevos en la mañana, y hoy ya no está. Esta mañana sufría por otros problemas, no pensaba en lo que hacía. Caminé decidido, y lo acogoté, lo desplumé, evidentemente estaba distraído, Parky no tiene plumas. Conseguí unas papas, y lo asé en el horno. Me llamó la atención que Parky no ladrara, siempre me pedía los menudos de las gallinas. Estaba distraído. Luego le agregué cebollas y pimientos rojos y verdes. Sal, pimienta y romero. Algo de estragón, de verdad no recuerdo, porque estaba descuidado. Había un aroma suave y dulce, saqué la gallina del horno, perdón saqué a Parky... es que estoy como ido. Tomé una botella de la alacena, ese Malbec tan redondo y ciruelo, no recuerdo bien, estaba abstraído. Comí, un bocado, esperando que Parky me viniera a pedir algo de comida, al menos un pan, o un cariño, obvio que no vino.
Lo supuse abstraído.
Sobre el postre, saqué un poco de helado, la comida sabía una maravilla. Puse los restos en un plato.
- Parky! Parky! – Grité, y nada.
Cuando terminé de vaciar los restos, encontré su correa, entre los aros de cebolla y las papas, no entendía nada, estaba como dormido.
Cuando al fin caí en la cuenta, lloré, desconsoladamente lloré, amargamente lloré. Entonces me fui a refugiar en los restos de mi amada, Yolanda.
Ahí, justo en ese momento, sentí el ruido de la puerta, y entraste tú, Yolanda, y yo besando a Clotilde. Obviamente distraído y acongojado no recordaba que habías ido a trabajar.
- Ahí llega Parky!- Digo alegre.
No había muerto, definitivamente no me había equivocado, y había tomado una gallina del corral.
- Dices tú ¿Que no tenemos corral? ¿Seguro? ¿No tenemos ni gallinas ni patos? ¿Acaso todas las mañanas no vas a buscar huevos al fondo de la casa?
Te pido mil disculpas, es que últimamente estoy muy… distraído.
No hay comentarios:
Publicar un comentario