I.- ANÁLISIS DE LOS DISTINTOS PLANES
El plan de Asignación Universal por Hijo, consiste en un pago por parte del ANSES por la suma de PESOS CINENTO OCHENTA ($180), a pesar de que en breve será aumentado a PESOS DOSCIENTOS VEINTE ($ 220).
El plan familia por el contrario, amén de los objetivos generales como Reducir las brechas de desigualdad en el acceso a los recursos fundamentales para el desarrollo de la persona, y romper con el ciclo de reproducción de la pobreza, sólo tenía un pago de PESOS DOCIENTOS ($ 200), como tope máximo por familia.
En tercer lugar el plan de Jefes y Jefas de Hogar permite a los titulares de derecho retirar el pago de $150 en cajeros automáticos de cualquier banco del país y pagar sus compras con débito automático.
En primer lugar, los tres planes explicados, son en definitiva herramientas de captación política de electores, en mayor o menor medida.
II.- ¿CUÁL SISTEMA FAVORECE MENOS EL CLIENTELISMO POLÍTICO?
Evidentemente el plan más alejado del clientelismo “directo” es la asignación universal por hijo, ya que no hay elección alguna, o designación de los individuos que reciben estos planes, como ocurría con el plan familia y el plan jefes y jefas de hogar.
En este caso, al sólo tener que acreditar la existencia de un hijo, el beneficiario ingresa al plan, sin tener que pasar por intermediarios, y dicho plan al no tener límite geográfico, tampoco tiene una limitación para aquellos que no viven en los centros urbanos que eran privilegiados en los planes jefes y jefas de hogar.
Sumado a ello, la asignación universal, no requiere una contraprestación al Estado, como ocurría con el plan jefes y jefas, el primero sólo exige que el progenitor acredite que el menor concurre a la Escuela, y no tiene que “trabajar” en algún municipio que se termina beneficiando con mano de obra barata y no bien remunerada.
Desde esta perspectiva, podemos decir que el plan que tiene la ventaja, frente a la poca transparencia en el otorgamiento de planes, es justamente la asignación Universal por hijo.
Ahora bien, amén de que el suscripto adhiere a la Asignación Universal por hijo, ante el avance de la pobreza y desamparo en el que viven miles de niños Argentinos, no me exime de ver claramente lo perverso del sistema.
Esto último es posible, gracias a una perspectiva económica del actuar del Estado.
La Teoría del public choice, básicamente apunta a que las decisiones políticas, que son las realizadas por los estamentos del Estado encargados del manejo estatal, necesariamente generan costos a los particulares y a la sociedad en su conjunto.
También es otra premisa de esta teoría que las decisiones políticas no le cuestan al Estado como tal, sino a todos los que se encuentran bajo el dominio de dicho Estado.
Pero como siempre que se comienzan con premisas equivocadas, se deriva una verdadera falacia, y es que el costo de la toma de decisión se convierte entonces en un factor que influye decididamente en la eficiencia y los efectos de la decisión política.
Y esto es justamente una mentira cuando hablamos de evitar la pobreza, ya que la eficiencia no es necesariamente el fin que debe perseguir el Estado.
Esto es así, sobre todo si tenemos en cuenta que es preferible una solución antieconómica, e ineficiente si con ello se mejora la vida de los ciudadanos del Estado.
Es decir, que lo que busca el Estado es el bien de la sociedad, no del individuo considerado como un componente de la sociedad. La base del Public Choice es que como el particular aporta al sistema, el Estado debe manera esos fondos con eficiencia. Este es el fundamento propio de la economía, que sigue los instintos básicos del hombre, es decir, la codicia, la envidia y el poder, y que se basa en las decisiones de los individuos, que seguramente estarán en la vereda contraria de la sociedad entendida esta como Conjunto. Si un individuo político en particular, tiene que analizar la problemática de la pobreza, de ninguna manera entenderá eficiente ninguno de los sistemas analizados en el presente informe, y seguramente no querrá tampoco que el Estado intervenga en tal actividad, salvo que entienda que el crecimiento de los pobres altere su sistema de vida.
En tal disyuntiva, el Estado, sobre todo en Argentina, sólo interviene con medidas para disminuir la pobreza, con una finalidad política. El Estado Argentino no está interesado en disminuir la pobreza, y por lo tanto utiliza los sistemas descriptos con el único fin de incrementar su caudal político.
Toma de rehén al pobre, para granjearse el voto de éste, pero no tiene el más mínimo interés de proveerle un sistema o medios para que efectivamente salga de la abulia que la falta de empleo o recursos, le provoca.
Le da beneficios sociales, es decir dinero en efectivo para que compre, consuma, lo que sea, con tal de que el pobre diablo se entretenga y esté agradecido al mismo tiempo.
Se buscan leyes para proteger al pobre, que en definitiva sólo buscan mantenerlo pobre, sumiso y agradecido.
Estimo que es imposible el análisis de los planes establecidos arriba, por la simple razón que la teoría económica de la Public Choice, es, junto con la economía en sí, un análisis equivocado de la existencia del hombre.
La Economía en si, es un análisis equivocado, porque se basa en las necesidades materiales del hombre individual, en su falta de escrúpulos, y en el interés que tiene de consumirse todo, a expensas de la naturaleza y a la de sus vecinos.
En estos beneficios sociales, se valora más el medio que el fin, se busca darle una moneda al hombre, en lugar de proveer las herramientas necesarias para que este pueda salir de su indigencia.
Y esto en definitiva es la gran mentira de la Economía y sus defensores, poner por encima del espíritu lo material, encima de la moral lo visceral, y encima de los fines, a los medios. Cualquier sistema de beneficios económicos que sólo le permita al marginal acceder nada más que al consumo, como es el efecto de estos planes, no es eficiente de ninguna manera, sólo el acceso a la propiedad privada por parte de cada individuo garantizará una sociedad de hombres libres, cualquier otro sistema es y será abono del clientelismo político.
Los políticos están dispuestos a entregarle todo al pobre, hasta el voto, menos propiedad, porque saben que con planes sociales, asignaciones universales, y el poder de elegir a sus representantes de ninguna manera les asegura la libertad.
“El individualismo metodológico como método de análisis sugiere simplemente que toda teoría, todo análisis se resuelve finalmente en consideraciones a las que hace frente el individuo como agente decisor.” (Buchanan, 1979). http://www.eumed.net/libros/2005/efb/11j.htm.